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Un pasito más hacia el lado oscuro: curso de marketing

A veces resulta muy curiosa la posición de un periodista que acaba trabajando para el departamento de comunicación de una empresa o para una agencia. En la etapa de ingenuidad (correspondiente a los años de estudios y a los primeros puestos de becario), uno se cree aquello de que va a ser un baluarte de la libertad de expresión, defensor de los oprimidos, garante de la democracia... ¡un Robin Hood de la palabra!

Pero luego el destino, tu trayectoria, tu suerte y tu buen o mal hacer te van llevando por otros derroteros. Vamos, que en tu caso se vuelve a demostrar aquello de que "la vida es lo que te pasa cuando tenías otros planes".

Resulta que muchos periodistas no trabajan denunciando los abusos de regímenes opresores, sino que rellenan las páginas de revistas del corazón, de publicaciones sectoriales, de medios especializados en ocio, de revistas corporativas...

Hay un paso más allá. Cuando un periodista se pasa al lado oscuro de la empresa o de las agencias, con frecuencia lo hace a regañadientes (salvo que tuviese vocación empresarial de antemano). Sabe que a partir de ahora sus textos jamás ganarán un premio periodístico, pero también se da cuenta de que las posibilidades profesionales son mucho más grandes que lo que había imaginado en un principio, como demuestra la gran cantidad de gente que se dedica a esto de la comunicación.

Yo acabo de dar un paso adicional hacia el lado oscuro. Creo que el trabajo de un comunicador es mucho más completo si entiende mejor el funcionamiento real de las empresas. Parte de ese conocimiento te lo da la experiencia, claro está, pero por aquello de reforzar mis conocimientos y aprender las metodologías correctas he decidido hacer un pequeño curso de marketing.

He optado por un programa online del Instituto de Empresa. Había otras opciones. Comenté con Octavio Rojas sobre los cursos de ESIC (él imparte clases de comunicación en uno de sus másters). Es una alternativa interesante, sin duda, pero lo que tenían en oferta en estos momentos no se adecuaba a mi situación personal.

Con trabajo a tiempo completo y familia (dos hijos), la opción de la formación online es la única alternativa válida. Si tengo que ir viernes por la tarde y sábado por la mañana a un curso presencial durante seis meses acabo divorciado o en un hospital. Sin embargo, sí puedo aguantar unas semanas haciendo ejercicios en el ordenador después de la cena.

La experiencia de momento está siendo muy positiva. Me gusta el planteamiento del curso, en el que el material teórico es breve y se hacen ejercicios de forma inmediata. También me agrada el uso de diversos foros para ir comentando cosas y facilitar el trabajo en equipo.

En la parte negativa sólo un comentario: o tienes Windows e Internet Explorer o el campus virtual da errores. Firefox no sirve... ¿Algún comentario al respecto, Enrique?

Comentarios

Mónica de Castro ha dicho que…
Sin complejos, Fabián. La empresa no tiene por qué ser la vergüenza de la profesión periodística. Y menos ahora que empieza a tener conciencia social. Y el marketing, como una de sus mayores expresiones, menos aún. O es que los mejores periodistas, aquellos que simbolizan las más altas y nobles aspiraciones de la profesión, ¿no tienen su propia marca? Y aún más, ¿no es eso bueno para la profesión?

Bienvenido y que lo disfrutes.
Casimiro López ha dicho que…
Querido Fabián, he decidido darme un paseo por tu blog y lo primero que me encuentro es este post... decido continuar leyendo, pero no puedo olvidar lo que he leído.
Asi pues, no tengo más remedio que dejar un comentario casi obligado. No hay lado oscuro... Estoy harto de oir muchas veces esa expresión para definir a quienes trabajan en gabinetes de comunicación (públicos o privados). Parece como si los "malos" periodistas fueran a parar al lado oscuro de la información, sin darse cuenta que son tran "buenos" profesionales como lo que puede ser el "cuentanoticias" o el "cortaypega" de un medio tradicional (acaso no "unen" declaraciones de unos y otros, notas de prensa, teletipos...). ¿están ellos en el lado de la luz?.

Por favor, acabemos ya con esa definición. Todos somos periodistas "defensor de los oprimidos, baluarte de la libertad de expresión, garante de la democracia"... los Robin Hood del periodismo son aquellos que tienen buenas ideas, y no quienes mejor lanzan las flechas.

Te animo Fabián a ese curso. La mejor manera que tiene un comunicador para aumentar sus posibilidades es teniendo mejores herramientas. No olvidemos que todos somos periodistas que utilizamos la comunicación como medio de trabajo. Si le unes más vías para mejorar esa herramienta, tus posibilidades de ser bueno aumentan.

Tengo que decirte que llevo tiempo dando vueltas a hacerme un curso de marketing... me podrías orientar, por ejemplo, o contar en tu blog cómo te va en ese curso...
No hay lado oscuro de la información. Y te repito mi apoyo a tu deseo de reclicarte y sumar conocimientos.
Un saludo, y ya me contarás.
Fabián ha dicho que…
Casimiro, Mónica:

Gracias por vuestros comentarios. No me toméis demasiado en serio, de verdad. Lo de "El lado oscuro" es realmente una broma, apoyándome en el título del blog de Jorge López, de Lewis Comunicación.

Sé que no hay un lado oscuro. Hay trabajo bien hecho y trabajo mal hecho. Hay comunicación corporativa y hay manipulación. Hay piezas de prensa hechas con profesionalidad y otras que son una chapuza.

Ya os contaré cómo me va lo del curso de maketing :-))