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El sueño del celta, de Mario Vargas Llosa

El sueño del celta, de  Mario Vargas Llosa es, sin duda, una muy buena novela. Pero debo decir que a mí no me ha impresionado tanto como esperaba. Yo no soy un gran lector de novelas, es cierto. Y de Vargas Llosa sólo he leído tres o cuatro, pero otras novelas suyas me han llegado más al alma que 'El sueño del celta'.

Quizá es que en otras obras el maestro Vargas Llosa ha sabido comunicarme temas y asuntos que yo desconocía casi por completo y que, por lo tanto, me han llamado mucho más la atención (me refiero, por ejemplo, a Lituma en los Andes, donde la dura vida en la Cordillera, en medio de las luchas entre Sendero Luminoso y la policía, me produjo una profunda impresión). En 'El sueño del celta', la desdichada y desgarradora historia que relata el último libro del último Premio Nobel de Literatura ya me resultaba muy familiar, por haberla leído en el magnífico libro de viajes de Javier Reverte, El río de la desolación.

En todo caso, para quien guste más de la novela que del ensayo, 'El sueño del celta' es un vehículo excelente para acercarse a algunos de los pasajes más sórdidos y tristes de la historia colonial europea y de la crueldad humana: la explotación del Congo por los belgas y la implacable explotación de los indígenas en el Amazonas (en busca de la preciada resina del caucho en ambos casos).

Como bonus, el lector conocerá una tercera historia: la trayectoria personal de un personaje fabuloso, Roger Casement, un irlandés peculiar y lleno de claroscuros. Por un lado, se hizo famoso y hasta popular por haber sido el principal denunciante de los abusos que se produjeron tanto en el Congo como en el Amazonas. Pero también fue un luchador por la independencia de Irlanda, y ello le condujo a negociar con los alemanes durante la Primera Guerra Mundial (lo que le valió la acusación de traición y la condena a muerte). Además, sus diarios "íntimos" revelan una sórdida vida homosexual en la que se incluyen casos de explotación de menores. Aunque en esto hay que matizar que todavía hay disputas sobre si los diarios son totalmente suyos o al menos en parte fueron falsificados para desacreditarlo durante el juicio por traición.

Una lectura recomendada, sin dudarlo

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