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Sin novedad en el frente. Diario del confinamiento, día 22: El espejismo


La acumulación de pequeños inputs de información a lo largo del día hace que uno, a veces, pierda la noción del tiempo y de lo que está pasando. De vez en cuando conviene levantar la vista, para ganar un poco de perspectiva, y poder reflexionar. Que la cosa está fatal no es necesario ni comentarlo. También que hay indicios de algunas esperanzadoras mejoras en los datos hospitalarios (por aquello de poner una nota positiva).

Lo que hoy se me viene a la mente, al levantar la vista, es que se está produciendo un cambio de ciclo en la mentalidad colectiva. Y eso me parece grave, al tiempo que inevitable.

Hace apenas 20 días predominaban las acciones grupales (vecinos cantando en las ventanas o haciendo ejercicio de modo colectivo), y todo apuntaba hacia el desarrollo de una mentalidad solidaria a nivel mundial.

Un espejismo. El drástico avance de la enfermedad en estos días ha vuelto a poner de manifiesto todas las miserias humanas. Basta con dar un repaso a las noticias de las últimas 48 horas para darse cuenta de que aquí cada cual hace la guerra por su cuenta, que el problema que tenemos en esta casa es que “cada uno va a lo suyo, menos yo, que voy a lo mío”.

Se nota un rebrote de políticas nacionales frente a políticas globales. Todo el mundo asume que una crisis mundial de estas características debería ser enfrentada con medidas concertadas a nivel internacional. Y algo de eso hay, pero menos de lo necesario. Cada país va tomando determinaciones según le va el tema. Lo más paradigmático en este sentido es la guerra de compra de materiales indispensables que se ha desatado a nivel global.

Ayer nos desayunábamos con la noticia de que Turquía retenía un cargamento de respiradores destinado a España. Eran compras de Castilla La Mancha y Navarra. Hay hambre de respiradores en todo el mundo y muchos países están forzando la aplicación de leyes que les permiten bloquear la exportación de bienes que se consideren críticos en situaciones excepcionales. Afortunadamente, la diplomacia ha conseguido finalmente desbloquear el envío desde un país que, todo hay que decirlo, sí que ha ayudado a España con donaciones y envíos de otros materiales sanitarios.

También hemos visto hoy que Alemania acusa a Estados Unidos de “piratería moderna”, al bloquear en Tailandia el envío de 200.000 mascarillas destinadas a la policía berlinesa. Aparentemente Estados Unidos ha intervenido porque están fabricadas por una empresa americana, aunque sea en Asia, y puede aplicar la ley que impide la exportación de bienes necesarios.

Si no hubiera poca presión por las compras que hacen los estados, en el caso español hemos metido a 17 competidores más en el ruedo. Cierto que en principio el Estado central se iba a hacer cargo de la producción e importación, pero la lentitud de reacción y la imperiosa necesidad de suministros ha lanzado a nuestras comunidades autónomas a luchar en el mercado de productos sanitarios. Demasiados competidores y demasiado poco material disponible.

Hay más noticias amargas. El Gobierno español ha rechazado pedir la intervención de médicos cubanos. ¿Por qué? Simplemente porque se teme que se interprete como un guiño favorable hacia el régimen cubano. De locos, ¡Se ve que nos sobran los médicos!

Aparentemente, los médicos cubanos que aparecen en esta foto están siendo trasladados a Andorra, donde no se andan con tantos remilgos políticos.


Por lo que se refiere a enfrentarse a la crisis económica, claman las voces por una respuesta articulada a nivel europeo. Lo piden los gobiernos del sur y lo piden políticos de toda índole. Lo pide la lógica.

Pero no sé yo qué quedará de la Unión Europea cuando esto haya pasado. Creo que no aguantará bien el embate. Perdurarán las instituciones, pero como fantasmas lejanos con los que los ciudadanos europeos cada vez nos veremos menos identificados. Si no hay una acción concertada, principalmente para el proceso de recuperación económica posterior a la emergencia sanitaria, los estados sabrán que no pueden contar con la UE en los peores momentos. Y eso –y no el Brexit- será el comienzo de su declive definitivo.

Aporto una última noticia del día que le da un aire tragicómico a la jornada. En Jaen, en Andalucía, un grupo de mujeres se ha saltado temporalmente el confinamiento simulando una procesión de Semana Santa. Un grupo de mujeres que también van a lo suyo. Probablemente no es más que una chiquillada, pero puede ser que les cueste cara.

Y así termina un día en el que, afortunadamente, podemos reportar que no hay novedad en el frente.

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